3.05.2007

RESIDENCIA


“Fue un fin de semana en que decidimos visitar a mi suegra. Ella vivía en la avenida Cuarto Centenario. Era el año 1972. Ibamos en el auto con mi marido Raúl y los niños cuando divisé a Salvador Allende en la calle Tomás Moro. El presidente iba junto a su cuerpo de guardaespaldas, así es que Raúl detuvo el auto y a la distancia le dijo: Compañero, ¿le podemos tomar una foto?. Cuando éste vio que veníamos todos dentro del auto, respondió: Bueno, pero en familia. Cruzó la calle y Raúl tomó la foto. Allende está con las manos sobre los hombros de mi hijo Rodrigo, junto a él estoy yo con Gonzalo en brazos, y al lado del Presidente hay un señor con su guagua que nos pidió ponerse en la foto.
Cuando vino el golpe me allanaron la casa y me detuvieron. Cuando me dejaron ir, el coronel que me interrogó me dijo: señora, yo no le creo absolutamente nada de lo que usted me dice , váyase señora, si puede hoy mismo, pero váyase. El tipo no era un fascista, de eso estoy segura. Ordené mis cosas, me paré y antes de salir le pedí que por favor me devolviera la diapositiva. Se espantó y me dijo: ¡pero señora, esa diapositiva es muy peligrosa! Le contesté que lo era desde su punto de vista. Pero que desde el mío, creía que para mis hijos iba a ser importante tener una fotografía con un Presidente de la República. Así que me la devolvió, bajo su responsabilidad, me dijo. Cuando partí al exilio, una de las pocas cosas que me llevé fue la famosa diapositiva”

1 commentaire:

Unknown a dit…

Una linda Historia... un evento increible de poder haber pasado esos segundos junto al presidente Allende... Tito K